Uno de los factores primordiales que marcan el éxito o el fracaso en cualquier evento es la atención. Sí, la atención. Da igual si el contenido en sí es algo único o interesante, si no sabemos cómo llamar la atención de nuestros ponentes al exponerlo, el evento está condenado al fracaso.
La atención, sin más, tal cual viene se va. Es más complicado crearla que perderla, por lo que tenemos que tenerla muy en cuenta en todas y cada una de las fases a la hora de crear un evento.
Pero, ¿y cómo lo conseguimos?
Piensa a lo grande, como lo hacen los grandes directores de cine de Hollywood. Genera expectativas, tensión, juega con los sentidos… En definitiva, intenta ser diferente y crea estrategias impactantes que hagan que el público no quiera ni pestañear.
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La puesta en escena de tu evento
Uno de los elementos clave para poder desarrollar cualquier evento es el lugar. Debemos encontrar un sitio acorde a la temática de nuestro evento y, si no se ajusta a lo que buscamos con exactitud, debemos hacer uso de nuestra imaginación para que la puesta en escena resulte impactante. Intenta siempre que sea lo suficientemente espacioso y luminoso. Utiliza elementos audiovisuales para ayudarte a interactuar con el público: un buen sonido, pantallas grandes, micrófonos… Úsalos para hacer un buen trabajo de diseño que les deje tan boquiabiertos que hablarán de ti no solo durante sino después.
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Impacta con tu forma de hablar
Lo último que queremos es que alguien bostece y para eso debemos evitar que te presentes de forma aburrida. Está claro que has de decir quién eres, decir tu nombre y el motivo de la reunión, pero intenta resultar atractivo para no dar la sensación a los asistentes de que van a ver y escuchar un poco más de lo mismo. Utiliza recursos como preguntas retóricas, datos llamativos, citas o historias con anécdota que hagan de hilo conductor en tu presentación y, aunque se ha de ser formal, busca siempre cómo ser un poco más cercano.
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Directo y breve
Está demostrado que el umbral de la atención de forma ininterrumpida está entre los diez y los dieciocho minutos, así que debemos apurar el tiempo y ser lo más breve y conciso posible. Si bien necesitamos más tiempo para exponer nuestras ideas, hacer unas pequeñas pausas nos ayudarán a que nuestros oyentes recuperen la atención que se ha ido disipando.
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La hora del evento
Para la gran mayoría de las personas (alguna excepción habrá) las horas de la mañana cunden más que las de la tarde. Nuestra atención es mayor y asimilamos mejor la información. Por eso, siempre que sea posible, debemos convocar a los asistentes por las mañanas y no por las tardes.
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Gánatelos por el estómago
Los obsequios suelen ser bien recibidos y más si lo que te regalan está relacionado con la gastronomía. Un buen café, unos pinchos, un vino… Empezar así con un evento es el colofón para que hablen bien de ti. No es lo esencial, eso está claro, pero seguro que los invitados disfrutarán de ese momento y se mostrarán más receptivos a escucharnos.
Y hasta aquí. Si se te ocurre alguna otra idea para convertir un evento en EL EVENTO, estaremos encantados de leerte 🙂
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